martes, 30 de junio de 2009

En Soledad

Reflexiono acerca de la vejez. Hace un tiempo falleció mi tía, y lo hizo sola, sin más compañía que la mía. Me refiero a que falleció sola porque no tenía hijos y sus herman@s están (o no) igual o peor que ella.

No sé qué fue lo que mi tía hizo en sus tiempos mozos, el chiste es que nadie la quería, salvo mi hijo (una extraña combinación de la naturaleza de ver a un niño y un anciano complementarse).

Se fue marchitando poco a poco, el tiempo que la cuide (y eso lo que podía) fue pesado. Fui la última persona que estuvo con ella, estoy segura que para poder irse solo esperaba mi permiso, y yo se lo concedí, le dije que todo estaba bien, que se fuera tranquila que aquí no tenía pendientes, que la íbamos a extrañar y a querer, pero que su tiempo aki se había terminado que todo ahora estaba bien. La única persona que ella amo falleció hace mas de 30 años y la dejó SOLA. Ella me adopto por así decirlo, mi hijo y yo fuimos algo así como el tiempo extra de felicidad en su tiempo de deterioro.

Fui la última persona que la vio con vida y la primera que la vio sin ella.

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